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Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución
(demasiado antiguo para responder)
Chibanta
2008-12-06 16:57:56 UTC
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El experimento de Lenski es otro golpe a los anti-evolucionistas, apunta
Jerry Coyne, biólogo evolutivo en la Universidad de Chicago. “Lo que más
me gusta de esto es que dice que puedes lograr estos rasgos complejos
evolucionando por combinación de eventos improbables”, dice. “Justo lo que
los creacionistas dicen que no puede suceder”.
--
Una gran innovación evolutiva se ha desplegado justo frente a los ojos de
los investigadores. Esta es la primera vez que se capta a la evolución en
el acto de hacer tales rasgos nuevos extraños y complejos.
Y debido a que las especies en cuestión son bacterias, los científicos ha
sido capaces de repetir la historia para demostrar esta novedad evolutiva
surgida de la acumulación de eventos casuales impredecibles.
Hace veinte años, el biólogo evolutivo Richard Lenski de la Universidad
Estatal de Michigan en East Lansing, Estados Unidos, tomó una única
bacteria de Escherichia coli y usó sus descendientes para encontrar 12
poblaciones de laboratorio.
Las 12 han estado creciendo desde entonces, acumulando gradualmente
mutaciones y evolucionando durante más de 44 000 generaciones, mientras
Lenski observaba lo que sucedía.
Cambios profundos
En su mayoría, los patrones que vio Lenski eran similares en cada
población separada. Todos los 12 evolucionaron hacia células mayores, por
ejemplo, así como unos índices de crecimiento más rápido en la glucosa que
las alimentaba, y un menor pico en las densidades de población.
Pero el algún momento sobre la generación 31 500, sucedió algo drástico en
una de las poblaciones – la bacteria adquirió súbitamente la capacidad de
metabolizar citrato, un segundo nutriente en su medio de cultivo que E.
Coli normalmente no puede usar.
Es más, la incapacidad de usar citrato es uno de los rasgos por los cuales
los bacteriólogos distinguen E. Coli de otras especies. Los mutantes que
usaban citrato se incrementaron en tamaño de población y diversidad.
“Es el cambio más profundo que hemos visto durante el experimento. Esto
era algo claramente distinto para ellas, y está fuera de lo que
normalmente se considera vinculado a E. Coli como especie, lo cual lo hace
especialmente interesante”, dice Lenski.
¿Mutación extraña?
Para este momento, calculó Lenski, suficientes células bacterianas había
vivido y muerto de tal forma que todas las mutaciones simples debían haber
ocurrido ya varias veces en el tiempo.
Eso significa que el rasgo “citrato-plus” debía tener algo especial – ya
fuese una mutación simple de un tipo improbable, un inversión rara de un
cromosoma, por ejemplo, o algo como lograr la capacidad de usar citrato
requerida por la acumulación de varias mutaciones consecutivas.
Para descubrir cuál, Lenski se dirigió a su congelador, donde había
guardado muestras de cada población a lo largo de 500 generaciones. Esto
le permitió repetir la historia desde cualquier punto que eligiese,
reviviendo las bacterias y permitiendo que la evolución se “repitiese” de
nuevo.
¿Podría evolucionar la misma población hacia Cit+ de nuevo?, se preguntó,
¿o tendría cualquiera de los 12 grupos la mismoa posibilidad de lograr el
premio?
Evidencia de evolución
La repetición mostró que incluso cuando observó un billón de células, sólo
la población original re-evolucionó a Cit+ – y sólo cuando comenzó a
repetir desde la generación 20 000 o superior. Algo, concluyó, debe haber
sucedido alrededor de la generación 20 000 que dejó el terreno abonado
para que evolucionase posteriormente Cit+.
Lenski y sus colegas están ahora trabajando en identificar cuál fue el
cambio inicial, y cómo hizo posible la mutación a Cit+ más de 10 000
generaciones después.
Mientras tanto, el experimento permanece como prueba de que la evolución
no siempre sigue la mejor salida posible. En lugar de esto, un evento
casual puede a veces abrir las puertas evolutivas para una población que
permanece siempre cerrada a otras poblaciones con distintas historias.
http://www.cienciakanija.com/2008/06/10/las-bacterias-hacen-un-gran-cambio-evolutivo-en-el-laboratorio/
Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución

En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.

Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: “Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor.” Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética… y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.

Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la ‘evolución de las especies’, haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una ‘mejora genética’
nacida de la nada; un ‘don’ auto adquirido luego de miles de millones de
años.

Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como ‘certeza científica demostrada’.

Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa ‘mejora’, por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la ‘INSTRUCCIONES’
que contienen en su ADN.

Los ‘plásmidos’ son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.

A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.

Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta… y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.

Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula… pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un ‘complemento de
la información’ genética.

Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a ‘instrucciones
codificadas’ que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación… ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!

La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia antibiótica, es el proceso más común a través del cual la
resistencia antibiótica es diseminada. Se logra principalmente a través de
tres mecanismos, de bacteria a bacteria:

1. Transformación- No es el proceso natural en la mayoría de los
microorganismos, pues se requiere mucha manipulación para producir
transformación in vitro.

2. Transducción.- El ADN exógeno o externo al cromosoma bacteriano, pasa de
una bacteria a otra por la inserción mediante un fago. La fuente de ADN
puede ser un plásmido dentro de la célula o puede abarcar una porción del
cromosoma bacteriano. Es decir, la bacteria es infectada por el fago que
inyecta dentro de la célula su ‘material genético’, la información que
contiene; un proceso demostrado tanto in vitro como in vivo.

3. Conjugación.- Proceso más común de ‘transferencia de genes’ de
resistencia antibiótica. La resistencia adquirida gracias a los datos
contenidos en los plásmidos, no es un hecho aislado, sino que ocurre en la
mayoría de especies bacterianas… respuesta a un programa preestablecido,
diseñado, codificado e inscrito en el genoma del plásmido.

O sea, las dos formas naturales que logran pasar de una bacteria a otra las
instrucciones para sintetizar las proteínas que formarán parte de sus
sistemas inmunes, no se logran por azar, luego de Xn años, sino que se
hallan ya regulados en el ADN de los plásmidos, por una INSTRUCCIÓN
imposible de auto generarse: el diseño que provee a la bacteria de la
maleabilidad necesaria para enfrentar condiciones ambientales cambiantes,
tales como la contaminación de su ecosistema con metales pesados, u otros
agentes… como los antibióticos. Es decir, si hubo una primera mutación en
esa inscripción, esta siempre se debió manifestar sobre una información
original, jamás sobre ‘algo’ surgido al azar, debido a una inexorable
condición pragmática: no surge ‘información’ desde la ‘nada’.

Y ¿cómo ocurre esta inserción instrucción-cromosoma?… Pues se ha demostrado
que los plásmidos tienen la habilidad de transferirse a otra bacteria, por
diferentes modos; algunos incluso contienen transposones móviles que
saliendo de él, van al ADN cromosómico; otros transposones sencillamente se
replican, aumentando su número de copias en la célula.

Otra de las controversias de la teoría evolutiva con la realidad, pues el
transposón, como el plásmido, no es más que una secuencia de ADN; no un
‘bicho’ que provoca una reacción, sino un cúmulo de datos que adecúa una
determinada operación metabólica en la bacteria: instrucciones que demandan
al instructor que las originó.

Los defensores evolutivos propugnan, sin evidencias de ningún tipo, solo por
fidelidad a la necesidad de que su teoría se mantenga a flote, que los
transposones son secuencias repetitivas que ’seguramente’ proceden de
‘retrovirus ancestrales’. Pero vemos que tienen una función específica:
varían el ADN, arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro,
rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo.

La inserción de un transposón a un gen, interrumpe ese gen y codifica para
rasgos parecidos, como por ejemplo resistencia antibiótica. Y el solo hecho
de que sea una secuencia de ADN: datos, ya lo revela como INSTRUCCIÓN, y una
instrucción no puede haber surgido, inscribirse, y codificarse nunca por sí
misma. No importa lo ‘ancestral’ que pretendan hacerla; siempre precisará
del Instructor que la creó; nadie ha visto jamás una instrucción surgir por
arte de ‘birlibirloque’… y si aparece programada, inscrita y codificada,
mucho menos todavía.

La Ciencia no ha definido aun muy bien el que solo una ínfima parte del ADN
codifica proteínas. Esto ha sido aprovechado por los darwinistas
recapituladores, para decir que en algunas especies, la mayor parte del ADN
‘basura’, [hasta un 50% del total del genoma], corresponde a transposones…
algo similar a cuando se declararon vestigiales, solo por ignorancia y prisa
por neutralizar la Creación de Dios: la hipófisis, la Glándula Pineal,
Adenoides, apéndice, la Pituitaria, hepífisis, el timo, Amígdalas… hasta
casi un centenar de órganos cuya vital funcionalidad hoy la Ciencia ha
dejado bien establecida.

Pero varios estudios recientes han negado esa hipótesis de ADN ‘basura’. Ya
se conoce que, entre otras actividades, ese ADN, aparentemente ‘no
codificante’, en realidad regula la expresión diferencial de los genes…
entre ellas, lo que hemos presentado aquí: algunas secuencias tienen
afinidad hacia proteínas especiales que tienen la capacidad de unirse al ADN
(plásmidos, homeodominios, complejos receptores de hormonas esteroides,
etc.), con un efecto contrastado en el control de mecanismos de trascripción
y replicación.

Incluso hoy se conocen como ’secuencias reguladoras’, y los investigadores
aseguran que sólo se ha identificado una pequeña fracción del total. La
presencia de tanto ADN, mal llamado: ‘no codificante’, en genomas
eucarióticos y aunque menos, en procariotas; así como las diferencias en
tamaño del genoma entre especies, representan un misterio que es conocido
como el “enigma del valor de C”. Y un enigma no puede ser usado como
evidencia de nada, sino que debe servir como estímulo para lograr
descifrarlo… sobre todo cuando forma parte de un programa inteligente, que
contiene una información genética, inscrita y codificada, que resulta
importantísima para las bacterias: la INSTRUCCIÓN PROGRAMADA que indica cómo
elaborar las proteínas que las hará resistentes a la agresión de agentes
externos.

Por ejemplo: la presencia en un plásmido, del gen de resistencia a
ampicilina, permite seleccionar las bacterias que portan estos plásmidos,
gracias a su capacidad para crecer en presencia de dicho antibiótico. ¿Por
qué?… Pues porque ese gen de resistencia contiene una instrucción
codificada, para elaborar la enzima que degrada la ampicilina.

Dicho de otra forma, una bacteria tiene la capacidad de hacerse resistente
ante determinados agentes externos, gracias a que contiene en su ADN,
‘INSCRITAS Y CODIFICADAS’, las instrucciones para secuenciar las proteínas
que le permitirán esta ‘mejora’. El cuento de ‘evolución a mejor’, por ’sí
misma’, por azar evolutivo o lo que sea que se esté transmitiendo en las
aulas, resulta antagónico con la verdad. En realidad se ‘instruye’ sobre
cómo secuenciar las proteínas que intervendrán en esa fortaleza adicional:
la cepa derivada que se hará más resistente.

Y no hay que verlos como ‘bichos’ que se meten dentro de otro y hacen
endosimbiosis, sino como moléculas con ‘INFORMACIÓN’, que se incorporan a
otra ‘INFORMACIÓN’, en la cadena del ADN bacteriano. Una vez más, primero
están los datos, las instrucciones del ‘CÓMO HACER LAS COSAS’; solo luego es
que ‘las cosas’ se hacen.

Otro uso importante de los plásmidos es fabricar grandes cantidades de
proteínas. Se deja crecer la bacteria que contiene al plásmido con el gen de
interés, y esta instrucción regula la producción de tales proteínas en gran
cantidad. Forma barata y fácil de producir hormonas de forma masiva, como
por ejemplo insulina, o incluso antibióticos.

Así, el Nobel de Medicina 1978, cayó en los Microbiólogos Werner Arber,
Daniel Nathans y H. Smith, al descubrir las Endonucleasas de Restricción: el
programa celular producto de un Diseño Inteligente, que permitió manipular
la bacteria E. coli, y producir insulina humana para los diabéticos. Es
decir, no crearon, sino descubrieron lo que ya existía.

Decir que si las bacterias mutan y mejoran, implica que ocurra lo mismo en
humanos, está fuera de lugar. Por ejemplo, E. coli, en 7 horas, causa 20
generaciones: más de un millón de células; mientras los humanos, para
generar 4 generaciones precisan un siglo. No es lo mismo la respuesta de una
sola célula procariota, prácticamente inmortal, que un servosistema
biológico con miles de millones de eucariotas y cientos de miles de
secuencias de proteínas, donde una sola de ellas puede alterar todo el
complejo.

¿Por qué Dios creó un diseño bacteriano que supuestamente conspira contra la
salud del humano, su obra cumbre? Es obvio que posiblemente sea una pregunta
mal enfocada, debido a la falta de datos. Aun queda mucho por investigar al
respecto; quizás exista tal cosa porque resulta imprescindible para la no
degradación del ecosistema… pero habría que averiguar mucho, antes de
teorizar tanto sobre lo que apenas se conoce.

Lo único cierto e innegable, es que la Instrucción para crear la vida
aparece antes inscrita y codificada en el genoma de bacterias y eucariontes,
dejando bien definidas sus diferencias. No es una presunción, ni el
resultado de una imaginación dirigida y fértil, sino la consecuencia del
empirismo científico. Enfrentado al microscopio especial, el ADN surge como
una inscripción codificada, INSTRUYENDO sobre cada una de las operaciones
que deben efectuarse, desde la primera hasta la última, para CREAR vida.

De ese microscópico manual biológico surgió la vida; contiene todo el
programa para que esta no se detenga: algo jamás imitado por el hombre.
Constituye la misma firma del Creador, y el mayor ejemplo de la formidable
sabiduría y omnisciencia de Dios… imposible de ser socavada ni tergiversada
por ningún esfuerzo humano malintencionado que lo pretenda; no importan los
títulos académicos bajo los cuales se pretenda conseguirlo.



http://jolimu.wordpress.com/2008/09/13/bacterias-esas-evolucionistas-sin-evolucion/
Chibanta
2008-12-07 00:30:42 UTC
Permalink
"pelopincho" <***@puntiagudo.es> escribi� en el mensaje news:ghf1od$aet$***@aioe.org...
Ya veo las futuras traducciones de la Biblia y
similares: "En el principio Dios creó una sopa...".
!!! XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD !!!
!!! XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD !!!
!!! XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD !!!



JOJOJOJOJOJOJO QUE HARTÓN DE REIR.............


PERO QUE DIVERTIDOS SON A VECES ESTOS FANÁTICOS E INTOLERANTES
EVOLUCIONISTAS Y ATEOS DE MIERDA..........



JOJOJOJOJOJOJOJOJOJOJO



Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución

En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.

Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: "Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor." Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética. y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.

Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la 'evolución de las especies', haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una 'mejora genética'
nacida de la nada; un 'don' auto adquirido luego de miles de millones de
años.

Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como 'certeza científica demostrada'.

Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa 'mejora', por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la
'INSTRUCCIONES'
que contienen en su ADN.

Los 'plásmidos' son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.

A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.

Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta. y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.

Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula. pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un 'complemento de
la información' genética.

Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a 'instrucciones
codificadas' que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación. ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!

La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia antibiótica, es el proceso más común a través del cual la
resistencia antibiótica es diseminada. Se logra principalmente a través de
tres mecanismos, de bacteria a bacteria:

1. Transformación- No es el proceso natural en la mayoría de los
microorganismos, pues se requiere mucha manipulación para producir
transformación in vitro.

2. Transducción.- El ADN exógeno o externo al cromosoma bacteriano, pasa de
una bacteria a otra por la inserción mediante un fago. La fuente de ADN
puede ser un plásmido dentro de la célula o puede abarcar una porción del
cromosoma bacteriano. Es decir, la bacteria es infectada por el fago que
inyecta dentro de la célula su 'material genético', la información que
contiene; un proceso demostrado tanto in vitro como in vivo.

3. Conjugación.- Proceso más común de 'transferencia de genes' de
resistencia antibiótica. La resistencia adquirida gracias a los datos
contenidos en los plásmidos, no es un hecho aislado, sino que ocurre en la
mayoría de especies bacterianas. respuesta a un programa preestablecido,
diseñado, codificado e inscrito en el genoma del plásmido.

O sea, las dos formas naturales que logran pasar de una bacteria a otra las
instrucciones para sintetizar las proteínas que formarán parte de sus
sistemas inmunes, no se logran por azar, luego de Xn años, sino que se
hallan ya regulados en el ADN de los plásmidos, por una INSTRUCCIÓN
imposible de auto generarse: el diseño que provee a la bacteria de la
maleabilidad necesaria para enfrentar condiciones ambientales cambiantes,
tales como la contaminación de su ecosistema con metales pesados, u otros
agentes. como los antibióticos. Es decir, si hubo una primera mutación en
esa inscripción, esta siempre se debió manifestar sobre una información
original, jamás sobre 'algo' surgido al azar, debido a una inexorable
condición pragmática: no surge 'información' desde la 'nada'.

Y ¿cómo ocurre esta inserción instrucción-cromosoma?. Pues se ha demostrado
que los plásmidos tienen la habilidad de transferirse a otra bacteria, por
diferentes modos; algunos incluso contienen transposones móviles que
saliendo de él, van al ADN cromosómico; otros transposones sencillamente se
replican, aumentando su número de copias en la célula.

Otra de las controversias de la teoría evolutiva con la realidad, pues el
transposón, como el plásmido, no es más que una secuencia de ADN; no un
'bicho' que provoca una reacción, sino un cúmulo de datos que adecúa una
determinada operación metabólica en la bacteria: instrucciones que demandan
al instructor que las originó.

Los defensores evolutivos propugnan, sin evidencias de ningún tipo, solo por
fidelidad a la necesidad de que su teoría se mantenga a flote, que los
transposones son secuencias repetitivas que 'seguramente' proceden de
'retrovirus ancestrales'. Pero vemos que tienen una función específica:
varían el ADN, arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro,
rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo.

La inserción de un transposón a un gen, interrumpe ese gen y codifica para
rasgos parecidos, como por ejemplo resistencia antibiótica. Y el solo hecho
de que sea una secuencia de ADN: datos, ya lo revela como INSTRUCCIÓN, y una
instrucción no puede haber surgido, inscribirse, y codificarse nunca por sí
misma. No importa lo 'ancestral' que pretendan hacerla; siempre precisará
del Instructor que la creó; nadie ha visto jamás una instrucción surgir por
arte de 'birlibirloque'. y si aparece programada, inscrita y codificada,
mucho menos todavía.

La Ciencia no ha definido aun muy bien el que solo una ínfima parte del ADN
codifica proteínas. Esto ha sido aprovechado por los darwinistas
recapituladores, para decir que en algunas especies, la mayor parte del ADN
'basura', [hasta un 50% del total del genoma], corresponde a transposones.
algo similar a cuando se declararon vestigiales, solo por ignorancia y prisa
por neutralizar la Creación de Dios: la hipófisis, la Glándula Pineal,
Adenoides, apéndice, la Pituitaria, hepífisis, el timo, Amígdalas. hasta
casi un centenar de órganos cuya vital funcionalidad hoy la Ciencia ha
dejado bien establecida.

Pero varios estudios recientes han negado esa hipótesis de ADN 'basura'. Ya
se conoce que, entre otras actividades, ese ADN, aparentemente 'no
codificante', en realidad regula la expresión diferencial de los genes.
entre ellas, lo que hemos presentado aquí: algunas secuencias tienen
afinidad hacia proteínas especiales que tienen la capacidad de unirse al ADN
(plásmidos, homeodominios, complejos receptores de hormonas esteroides,
etc.), con un efecto contrastado en el control de mecanismos de trascripción
y replicación.

Incluso hoy se conocen como 'secuencias reguladoras', y los investigadores
aseguran que sólo se ha identificado una pequeña fracción del total. La
presencia de tanto ADN, mal llamado: 'no codificante', en genomas
eucarióticos y aunque menos, en procariotas; así como las diferencias en
tamaño del genoma entre especies, representan un misterio que es conocido
como el "enigma del valor de C". Y un enigma no puede ser usado como
evidencia de nada, sino que debe servir como estímulo para lograr
descifrarlo. sobre todo cuando forma parte de un programa inteligente, que
contiene una información genética, inscrita y codificada, que resulta
importantísima para las bacterias: la INSTRUCCIÓN PROGRAMADA que indica cómo
elaborar las proteínas que las hará resistentes a la agresión de agentes
externos.

Por ejemplo: la presencia en un plásmido, del gen de resistencia a
ampicilina, permite seleccionar las bacterias que portan estos plásmidos,
gracias a su capacidad para crecer en presencia de dicho antibiótico. ¿Por
qué?. Pues porque ese gen de resistencia contiene una instrucción
codificada, para elaborar la enzima que degrada la ampicilina.

Dicho de otra forma, una bacteria tiene la capacidad de hacerse resistente
ante determinados agentes externos, gracias a que contiene en su ADN,
'INSCRITAS Y CODIFICADAS', las instrucciones para secuenciar las proteínas
que le permitirán esta 'mejora'. El cuento de 'evolución a mejor', por 'sí
misma', por azar evolutivo o lo que sea que se esté transmitiendo en las
aulas, resulta antagónico con la verdad. En realidad se 'instruye' sobre
cómo secuenciar las proteínas que intervendrán en esa fortaleza adicional:
la cepa derivada que se hará más resistente.

Y no hay que verlos como 'bichos' que se meten dentro de otro y hacen
endosimbiosis, sino como moléculas con 'INFORMACIÓN', que se incorporan a
otra 'INFORMACIÓN', en la cadena del ADN bacteriano. Una vez más, primero
están los datos, las instrucciones del 'CÓMO HACER LAS COSAS'; solo luego es
que 'las cosas' se hacen.

Otro uso importante de los plásmidos es fabricar grandes cantidades de
proteínas. Se deja crecer la bacteria que contiene al plásmido con el gen de
interés, y esta instrucción regula la producción de tales proteínas en gran
cantidad. Forma barata y fácil de producir hormonas de forma masiva, como
por ejemplo insulina, o incluso antibióticos.

Así, el Nobel de Medicina 1978, cayó en los Microbiólogos Werner Arber,
Daniel Nathans y H. Smith, al descubrir las Endonucleasas de Restricción: el
programa celular producto de un Diseño Inteligente, que permitió manipular
la bacteria E. coli, y producir insulina humana para los diabéticos. Es
decir, no crearon, sino descubrieron lo que ya existía.

Decir que si las bacterias mutan y mejoran, implica que ocurra lo mismo en
humanos, está fuera de lugar. Por ejemplo, E. coli, en 7 horas, causa 20
generaciones: más de un millón de células; mientras los humanos, para
generar 4 generaciones precisan un siglo. No es lo mismo la respuesta de una
sola célula procariota, prácticamente inmortal, que un servosistema
biológico con miles de millones de eucariotas y cientos de miles de
secuencias de proteínas, donde una sola de ellas puede alterar todo el
complejo.

¿Por qué Dios creó un diseño bacteriano que supuestamente conspira contra la
salud del humano, su obra cumbre? Es obvio que posiblemente sea una pregunta
mal enfocada, debido a la falta de datos. Aun queda mucho por investigar al
respecto; quizás exista tal cosa porque resulta imprescindible para la no
degradación del ecosistema. pero habría que averiguar mucho, antes de
teorizar tanto sobre lo que apenas se conoce.

Lo único cierto e innegable, es que la Instrucción para crear la vida
aparece antes inscrita y codificada en el genoma de bacterias y eucariontes,
dejando bien definidas sus diferencias. No es una presunción, ni el
resultado de una imaginación dirigida y fértil, sino la consecuencia del
empirismo científico. Enfrentado al microscopio especial, el ADN surge como
una inscripción codificada, INSTRUYENDO sobre cada una de las operaciones
que deben efectuarse, desde la primera hasta la última, para CREAR vida.

De ese microscópico manual biológico surgió la vida; contiene todo el
programa para que esta no se detenga: algo jamás imitado por el hombre.
Constituye la misma firma del Creador, y el mayor ejemplo de la formidable
sabiduría y omnisciencia de Dios. imposible de ser socavada ni tergiversada
por ningún esfuerzo humano malintencionado que lo pretenda; no importan los
títulos académicos bajo los cuales se pretenda conseguirlo.



http://jolimu.wordpress.com/2008/09/13/bacterias-esas-evolucionistas-sin-evolucion/
Chibanta
2008-12-08 15:25:12 UTC
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En principio el Dios espagetti creó la salsa, como vio que era buena la
usó para crear los nutrientes....
Eso si que es creacionismo...
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! GILIPOLYAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!



Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución

En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.

Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: "Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor." Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética. y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.

Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la 'evolución de las especies', haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una 'mejora genética'
nacida de la nada; un 'don' auto adquirido luego de miles de millones de
años.

Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como 'certeza científica demostrada'.

Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa 'mejora', por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la
'INSTRUCCIONES'
que contienen en su ADN.

Los 'plásmidos' son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.

A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.

Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta. y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.

Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula. pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un 'complemento de
la información' genética.

Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a 'instrucciones
codificadas' que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación. ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!

La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia antibiótica, es el proceso más común a través del cual la
resistencia antibiótica es diseminada. Se logra principalmente a través de
tres mecanismos, de bacteria a bacteria:

1. Transformación- No es el proceso natural en la mayoría de los
microorganismos, pues se requiere mucha manipulación para producir
transformación in vitro.

2. Transducción.- El ADN exógeno o externo al cromosoma bacteriano, pasa de
una bacteria a otra por la inserción mediante un fago. La fuente de ADN
puede ser un plásmido dentro de la célula o puede abarcar una porción del
cromosoma bacteriano. Es decir, la bacteria es infectada por el fago que
inyecta dentro de la célula su 'material genético', la información que
contiene; un proceso demostrado tanto in vitro como in vivo.

3. Conjugación.- Proceso más común de 'transferencia de genes' de
resistencia antibiótica. La resistencia adquirida gracias a los datos
contenidos en los plásmidos, no es un hecho aislado, sino que ocurre en la
mayoría de especies bacterianas. respuesta a un programa preestablecido,
diseñado, codificado e inscrito en el genoma del plásmido.

O sea, las dos formas naturales que logran pasar de una bacteria a otra las
instrucciones para sintetizar las proteínas que formarán parte de sus
sistemas inmunes, no se logran por azar, luego de Xn años, sino que se
hallan ya regulados en el ADN de los plásmidos, por una INSTRUCCIÓN
imposible de auto generarse: el diseño que provee a la bacteria de la
maleabilidad necesaria para enfrentar condiciones ambientales cambiantes,
tales como la contaminación de su ecosistema con metales pesados, u otros
agentes. como los antibióticos. Es decir, si hubo una primera mutación en
esa inscripción, esta siempre se debió manifestar sobre una información
original, jamás sobre 'algo' surgido al azar, debido a una inexorable
condición pragmática: no surge 'información' desde la 'nada'.

Y ¿cómo ocurre esta inserción instrucción-cromosoma?. Pues se ha demostrado
que los plásmidos tienen la habilidad de transferirse a otra bacteria, por
diferentes modos; algunos incluso contienen transposones móviles que
saliendo de él, van al ADN cromosómico; otros transposones sencillamente se
replican, aumentando su número de copias en la célula.

Otra de las controversias de la teoría evolutiva con la realidad, pues el
transposón, como el plásmido, no es más que una secuencia de ADN; no un
'bicho' que provoca una reacción, sino un cúmulo de datos que adecúa una
determinada operación metabólica en la bacteria: instrucciones que demandan
al instructor que las originó.

Los defensores evolutivos propugnan, sin evidencias de ningún tipo, solo por
fidelidad a la necesidad de que su teoría se mantenga a flote, que los
transposones son secuencias repetitivas que 'seguramente' proceden de
'retrovirus ancestrales'. Pero vemos que tienen una función específica:
varían el ADN, arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro,
rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo.

La inserción de un transposón a un gen, interrumpe ese gen y codifica para
rasgos parecidos, como por ejemplo resistencia antibiótica. Y el solo hecho
de que sea una secuencia de ADN: datos, ya lo revela como INSTRUCCIÓN, y una
instrucción no puede haber surgido, inscribirse, y codificarse nunca por sí
misma. No importa lo 'ancestral' que pretendan hacerla; siempre precisará
del Instructor que la creó; nadie ha visto jamás una instrucción surgir por
arte de 'birlibirloque'. y si aparece programada, inscrita y codificada,
mucho menos todavía.

La Ciencia no ha definido aun muy bien el que solo una ínfima parte del ADN
codifica proteínas. Esto ha sido aprovechado por los darwinistas
recapituladores, para decir que en algunas especies, la mayor parte del ADN
'basura', [hasta un 50% del total del genoma], corresponde a transposones.
algo similar a cuando se declararon vestigiales, solo por ignorancia y prisa
por neutralizar la Creación de Dios: la hipófisis, la Glándula Pineal,
Adenoides, apéndice, la Pituitaria, hepífisis, el timo, Amígdalas. hasta
casi un centenar de órganos cuya vital funcionalidad hoy la Ciencia ha
dejado bien establecida.

Pero varios estudios recientes han negado esa hipótesis de ADN 'basura'. Ya
se conoce que, entre otras actividades, ese ADN, aparentemente 'no
codificante', en realidad regula la expresión diferencial de los genes.
entre ellas, lo que hemos presentado aquí: algunas secuencias tienen
afinidad hacia proteínas especiales que tienen la capacidad de unirse al ADN
(plásmidos, homeodominios, complejos receptores de hormonas esteroides,
etc.), con un efecto contrastado en el control de mecanismos de trascripción
y replicación.

Incluso hoy se conocen como 'secuencias reguladoras', y los investigadores
aseguran que sólo se ha identificado una pequeña fracción del total. La
presencia de tanto ADN, mal llamado: 'no codificante', en genomas
eucarióticos y aunque menos, en procariotas; así como las diferencias en
tamaño del genoma entre especies, representan un misterio que es conocido
como el "enigma del valor de C". Y un enigma no puede ser usado como
evidencia de nada, sino que debe servir como estímulo para lograr
descifrarlo. sobre todo cuando forma parte de un programa inteligente, que
contiene una información genética, inscrita y codificada, que resulta
importantísima para las bacterias: la INSTRUCCIÓN PROGRAMADA que indica cómo
elaborar las proteínas que las hará resistentes a la agresión de agentes
externos.

Por ejemplo: la presencia en un plásmido, del gen de resistencia a
ampicilina, permite seleccionar las bacterias que portan estos plásmidos,
gracias a su capacidad para crecer en presencia de dicho antibiótico. ¿Por
qué?. Pues porque ese gen de resistencia contiene una instrucción
codificada, para elaborar la enzima que degrada la ampicilina.

Dicho de otra forma, una bacteria tiene la capacidad de hacerse resistente
ante determinados agentes externos, gracias a que contiene en su ADN,
'INSCRITAS Y CODIFICADAS', las instrucciones para secuenciar las proteínas
que le permitirán esta 'mejora'. El cuento de 'evolución a mejor', por 'sí
misma', por azar evolutivo o lo que sea que se esté transmitiendo en las
aulas, resulta antagónico con la verdad. En realidad se 'instruye' sobre
cómo secuenciar las proteínas que intervendrán en esa fortaleza adicional:
la cepa derivada que se hará más resistente.

Y no hay que verlos como 'bichos' que se meten dentro de otro y hacen
endosimbiosis, sino como moléculas con 'INFORMACIÓN', que se incorporan a
otra 'INFORMACIÓN', en la cadena del ADN bacteriano. Una vez más, primero
están los datos, las instrucciones del 'CÓMO HACER LAS COSAS'; solo luego es
que 'las cosas' se hacen.

Otro uso importante de los plásmidos es fabricar grandes cantidades de
proteínas. Se deja crecer la bacteria que contiene al plásmido con el gen de
interés, y esta instrucción regula la producción de tales proteínas en gran
cantidad. Forma barata y fácil de producir hormonas de forma masiva, como
por ejemplo insulina, o incluso antibióticos.

Así, el Nobel de Medicina 1978, cayó en los Microbiólogos Werner Arber,
Daniel Nathans y H. Smith, al descubrir las Endonucleasas de Restricción: el
programa celular producto de un Diseño Inteligente, que permitió manipular
la bacteria E. coli, y producir insulina humana para los diabéticos. Es
decir, no crearon, sino descubrieron lo que ya existía.

Decir que si las bacterias mutan y mejoran, implica que ocurra lo mismo en
humanos, está fuera de lugar. Por ejemplo, E. coli, en 7 horas, causa 20
generaciones: más de un millón de células; mientras los humanos, para
generar 4 generaciones precisan un siglo. No es lo mismo la respuesta de una
sola célula procariota, prácticamente inmortal, que un servosistema
biológico con miles de millones de eucariotas y cientos de miles de
secuencias de proteínas, donde una sola de ellas puede alterar todo el
complejo.

¿Por qué Dios creó un diseño bacteriano que supuestamente conspira contra la
salud del humano, su obra cumbre? Es obvio que posiblemente sea una pregunta
mal enfocada, debido a la falta de datos. Aun queda mucho por investigar al
respecto; quizás exista tal cosa porque resulta imprescindible para la no
degradación del ecosistema. pero habría que averiguar mucho, antes de
teorizar tanto sobre lo que apenas se conoce.

Lo único cierto e innegable, es que la Instrucción para crear la vida
aparece antes inscrita y codificada en el genoma de bacterias y eucariontes,
dejando bien definidas sus diferencias. No es una presunción, ni el
resultado de una imaginación dirigida y fértil, sino la consecuencia del
empirismo científico. Enfrentado al microscopio especial, el ADN surge como
una inscripción codificada, INSTRUYENDO sobre cada una de las operaciones
que deben efectuarse, desde la primera hasta la última, para CREAR vida.

De ese microscópico manual biológico surgió la vida; contiene todo el
programa para que esta no se detenga: algo jamás imitado por el hombre.
Constituye la misma firma del Creador, y el mayor ejemplo de la formidable
sabiduría y omnisciencia de Dios. imposible de ser socavada ni tergiversada
por ningún esfuerzo humano malintencionado que lo pretenda; no importan los
títulos académicos bajo los cuales se pretenda conseguirlo.



http://jolimu.wordpress.com/2008/09/13/bacterias-esas-evolucionistas-sin-evolucion/
Chibanta
2008-12-11 16:25:07 UTC
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Infiel el Dios espaguetti os cocerá en su salsa...
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! GILIPOLYAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Chibanta
2008-12-11 16:29:42 UTC
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Infiel el Dios espaguetti os cocerá en su salsa...
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! GILIPOLYAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución

En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.

Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: "Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor." Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética. y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.

Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la 'evolución de las especies', haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una 'mejora genética'
nacida de la nada; un 'don' auto adquirido luego de miles de millones de
años.

Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como 'certeza científica demostrada'.

Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa 'mejora', por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la
'INSTRUCCIONES'
que contienen en su ADN.

Los 'plásmidos' son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.

A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.

Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta. y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.

Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula. pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un 'complemento de
la información' genética.

Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a 'instrucciones
codificadas' que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación. ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!

La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia antibiótica, es el proceso más común a través del cual la
resistencia antibiótica es diseminada. Se logra principalmente a través de
tres mecanismos, de bacteria a bacteria:

1. Transformación- No es el proceso natural en la mayoría de los
microorganismos, pues se requiere mucha manipulación para producir
transformación in vitro.

2. Transducción.- El ADN exógeno o externo al cromosoma bacteriano, pasa de
una bacteria a otra por la inserción mediante un fago. La fuente de ADN
puede ser un plásmido dentro de la célula o puede abarcar una porción del
cromosoma bacteriano. Es decir, la bacteria es infectada por el fago que
inyecta dentro de la célula su 'material genético', la información que
contiene; un proceso demostrado tanto in vitro como in vivo.

3. Conjugación.- Proceso más común de 'transferencia de genes' de
resistencia antibiótica. La resistencia adquirida gracias a los datos
contenidos en los plásmidos, no es un hecho aislado, sino que ocurre en la
mayoría de especies bacterianas. respuesta a un programa preestablecido,
diseñado, codificado e inscrito en el genoma del plásmido.

O sea, las dos formas naturales que logran pasar de una bacteria a otra las
instrucciones para sintetizar las proteínas que formarán parte de sus
sistemas inmunes, no se logran por azar, luego de Xn años, sino que se
hallan ya regulados en el ADN de los plásmidos, por una INSTRUCCIÓN
imposible de auto generarse: el diseño que provee a la bacteria de la
maleabilidad necesaria para enfrentar condiciones ambientales cambiantes,
tales como la contaminación de su ecosistema con metales pesados, u otros
agentes. como los antibióticos. Es decir, si hubo una primera mutación en
esa inscripción, esta siempre se debió manifestar sobre una información
original, jamás sobre 'algo' surgido al azar, debido a una inexorable
condición pragmática: no surge 'información' desde la 'nada'.

Y ¿cómo ocurre esta inserción instrucción-cromosoma?. Pues se ha demostrado
que los plásmidos tienen la habilidad de transferirse a otra bacteria, por
diferentes modos; algunos incluso contienen transposones móviles que
saliendo de él, van al ADN cromosómico; otros transposones sencillamente se
replican, aumentando su número de copias en la célula.

Otra de las controversias de la teoría evolutiva con la realidad, pues el
transposón, como el plásmido, no es más que una secuencia de ADN; no un
'bicho' que provoca una reacción, sino un cúmulo de datos que adecúa una
determinada operación metabólica en la bacteria: instrucciones que demandan
al instructor que las originó.

Los defensores evolutivos propugnan, sin evidencias de ningún tipo, solo por
fidelidad a la necesidad de que su teoría se mantenga a flote, que los
transposones son secuencias repetitivas que 'seguramente' proceden de
'retrovirus ancestrales'. Pero vemos que tienen una función específica:
varían el ADN, arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro,
rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo.

La inserción de un transposón a un gen, interrumpe ese gen y codifica para
rasgos parecidos, como por ejemplo resistencia antibiótica. Y el solo hecho
de que sea una secuencia de ADN: datos, ya lo revela como INSTRUCCIÓN, y una
instrucción no puede haber surgido, inscribirse, y codificarse nunca por sí
misma. No importa lo 'ancestral' que pretendan hacerla; siempre precisará
del Instructor que la creó; nadie ha visto jamás una instrucción surgir por
arte de 'birlibirloque'. y si aparece programada, inscrita y codificada,
mucho menos todavía.

La Ciencia no ha definido aun muy bien el que solo una ínfima parte del ADN
codifica proteínas. Esto ha sido aprovechado por los darwinistas
recapituladores, para decir que en algunas especies, la mayor parte del ADN
'basura', [hasta un 50% del total del genoma], corresponde a transposones.
algo similar a cuando se declararon vestigiales, solo por ignorancia y prisa
por neutralizar la Creación de Dios: la hipófisis, la Glándula Pineal,
Adenoides, apéndice, la Pituitaria, hepífisis, el timo, Amígdalas. hasta
casi un centenar de órganos cuya vital funcionalidad hoy la Ciencia ha
dejado bien establecida.

Pero varios estudios recientes han negado esa hipótesis de ADN 'basura'. Ya
se conoce que, entre otras actividades, ese ADN, aparentemente 'no
codificante', en realidad regula la expresión diferencial de los genes.
entre ellas, lo que hemos presentado aquí: algunas secuencias tienen
afinidad hacia proteínas especiales que tienen la capacidad de unirse al ADN
(plásmidos, homeodominios, complejos receptores de hormonas esteroides,
etc.), con un efecto contrastado en el control de mecanismos de trascripción
y replicación.

Incluso hoy se conocen como 'secuencias reguladoras', y los investigadores
aseguran que sólo se ha identificado una pequeña fracción del total. La
presencia de tanto ADN, mal llamado: 'no codificante', en genomas
eucarióticos y aunque menos, en procariotas; así como las diferencias en
tamaño del genoma entre especies, representan un misterio que es conocido
como el "enigma del valor de C". Y un enigma no puede ser usado como
evidencia de nada, sino que debe servir como estímulo para lograr
descifrarlo. sobre todo cuando forma parte de un programa inteligente, que
contiene una información genética, inscrita y codificada, que resulta
importantísima para las bacterias: la INSTRUCCIÓN PROGRAMADA que indica cómo
elaborar las proteínas que las hará resistentes a la agresión de agentes
externos.

Por ejemplo: la presencia en un plásmido, del gen de resistencia a
ampicilina, permite seleccionar las bacterias que portan estos plásmidos,
gracias a su capacidad para crecer en presencia de dicho antibiótico. ¿Por
qué?. Pues porque ese gen de resistencia contiene una instrucción
codificada, para elaborar la enzima que degrada la ampicilina.

Dicho de otra forma, una bacteria tiene la capacidad de hacerse resistente
ante determinados agentes externos, gracias a que contiene en su ADN,
'INSCRITAS Y CODIFICADAS', las instrucciones para secuenciar las proteínas
que le permitirán esta 'mejora'. El cuento de 'evolución a mejor', por 'sí
misma', por azar evolutivo o lo que sea que se esté transmitiendo en las
aulas, resulta antagónico con la verdad. En realidad se 'instruye' sobre
cómo secuenciar las proteínas que intervendrán en esa fortaleza adicional:
la cepa derivada que se hará más resistente.

Y no hay que verlos como 'bichos' que se meten dentro de otro y hacen
endosimbiosis, sino como moléculas con 'INFORMACIÓN', que se incorporan a
otra 'INFORMACIÓN', en la cadena del ADN bacteriano. Una vez más, primero
están los datos, las instrucciones del 'CÓMO HACER LAS COSAS'; solo luego es
que 'las cosas' se hacen.

Otro uso importante de los plásmidos es fabricar grandes cantidades de
proteínas. Se deja crecer la bacteria que contiene al plásmido con el gen de
interés, y esta instrucción regula la producción de tales proteínas en gran
cantidad. Forma barata y fácil de producir hormonas de forma masiva, como
por ejemplo insulina, o incluso antibióticos.

Así, el Nobel de Medicina 1978, cayó en los Microbiólogos Werner Arber,
Daniel Nathans y H. Smith, al descubrir las Endonucleasas de Restricción: el
programa celular producto de un Diseño Inteligente, que permitió manipular
la bacteria E. coli, y producir insulina humana para los diabéticos. Es
decir, no crearon, sino descubrieron lo que ya existía.

Decir que si las bacterias mutan y mejoran, implica que ocurra lo mismo en
humanos, está fuera de lugar. Por ejemplo, E. coli, en 7 horas, causa 20
generaciones: más de un millón de células; mientras los humanos, para
generar 4 generaciones precisan un siglo. No es lo mismo la respuesta de una
sola célula procariota, prácticamente inmortal, que un servosistema
biológico con miles de millones de eucariotas y cientos de miles de
secuencias de proteínas, donde una sola de ellas puede alterar todo el
complejo.

¿Por qué Dios creó un diseño bacteriano que supuestamente conspira contra la
salud del humano, su obra cumbre? Es obvio que posiblemente sea una pregunta
mal enfocada, debido a la falta de datos. Aun queda mucho por investigar al
respecto; quizás exista tal cosa porque resulta imprescindible para la no
degradación del ecosistema. pero habría que averiguar mucho, antes de
teorizar tanto sobre lo que apenas se conoce.

Lo único cierto e innegable, es que la Instrucción para crear la vida
aparece antes inscrita y codificada en el genoma de bacterias y eucariontes,
dejando bien definidas sus diferencias. No es una presunción, ni el
resultado de una imaginación dirigida y fértil, sino la consecuencia del
empirismo científico. Enfrentado al microscopio especial, el ADN surge como
una inscripción codificada, INSTRUYENDO sobre cada una de las operaciones
que deben efectuarse, desde la primera hasta la última, para CREAR vida.

De ese microscópico manual biológico surgió la vida; contiene todo el
programa para que esta no se detenga: algo jamás imitado por el hombre.
Constituye la misma firma del Creador, y el mayor ejemplo de la formidable
sabiduría y omnisciencia de Dios. imposible de ser socavada ni tergiversada
por ningún esfuerzo humano malintencionado que lo pretenda; no importan los
títulos académicos bajo los cuales se pretenda conseguirlo.



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libera
2008-12-08 11:34:34 UTC
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Están desesperados....

Bueno, dales caña.
Asi se hace.
Bendiciones.
Post by Chibanta
El experimento de Lenski es otro golpe a los anti-evolucionistas, apunta
Jerry Coyne, biólogo evolutivo en la Universidad de Chicago. “Lo que más
me gusta de esto es que dice que puedes lograr estos rasgos complejos
evolucionando por combinación de eventos improbables”, dice. “Justo lo que
los creacionistas dicen que no puede suceder”.
--
Una gran innovación evolutiva se ha desplegado justo frente a los ojos de
los investigadores. Esta es la primera vez que se capta a la evolución en
el acto de hacer tales rasgos nuevos extraños y complejos.
Y debido a que las especies en cuestión son bacterias, los científicos ha
sido capaces de repetir la historia para demostrar esta novedad evolutiva
surgida de la acumulación de eventos casuales impredecibles.
Hace veinte años, el biólogo evolutivo Richard Lenski de la Universidad
Estatal de Michigan en East Lansing, Estados Unidos, tomó una única
bacteria de Escherichia coli y usó sus descendientes para encontrar 12
poblaciones de laboratorio.
Las 12 han estado creciendo desde entonces, acumulando gradualmente
mutaciones y evolucionando durante más de 44 000 generaciones, mientras
Lenski observaba lo que sucedía.
Cambios profundos
En su mayoría, los patrones que vio Lenski eran similares en cada
población separada. Todos los 12 evolucionaron hacia células mayores, por
ejemplo, así como unos índices de crecimiento más rápido en la glucosa que
las alimentaba, y un menor pico en las densidades de población.
Pero el algún momento sobre la generación 31 500, sucedió algo drástico en
una de las poblaciones – la bacteria adquirió súbitamente la capacidad de
metabolizar citrato, un segundo nutriente en su medio de cultivo que E.
Coli normalmente no puede usar.
Es más, la incapacidad de usar citrato es uno de los rasgos por los cuales
los bacteriólogos distinguen E. Coli de otras especies. Los mutantes que
usaban citrato se incrementaron en tamaño de población y diversidad.
“Es el cambio más profundo que hemos visto durante el experimento. Esto
era algo claramente distinto para ellas, y está fuera de lo que
normalmente se considera vinculado a E. Coli como especie, lo cual lo hace
especialmente interesante”, dice Lenski.
¿Mutación extraña?
Para este momento, calculó Lenski, suficientes células bacterianas había
vivido y muerto de tal forma que todas las mutaciones simples debían haber
ocurrido ya varias veces en el tiempo.
Eso significa que el rasgo “citrato-plus” debía tener algo especial – ya
fuese una mutación simple de un tipo improbable, un inversión rara de un
cromosoma, por ejemplo, o algo como lograr la capacidad de usar citrato
requerida por la acumulación de varias mutaciones consecutivas.
Para descubrir cuál, Lenski se dirigió a su congelador, donde había
guardado muestras de cada población a lo largo de 500 generaciones. Esto
le permitió repetir la historia desde cualquier punto que eligiese,
reviviendo las bacterias y permitiendo que la evolución se “repitiese” de
nuevo.
¿Podría evolucionar la misma población hacia Cit+ de nuevo?, se preguntó,
¿o tendría cualquiera de los 12 grupos la mismoa posibilidad de lograr el
premio?
Evidencia de evolución
La repetición mostró que incluso cuando observó un billón de células, sólo
la población original re-evolucionó a Cit+ – y sólo cuando comenzó a
repetir desde la generación 20 000 o superior. Algo, concluyó, debe haber
sucedido alrededor de la generación 20 000 que dejó el terreno abonado
para que evolucionase posteriormente Cit+.
Lenski y sus colegas están ahora trabajando en identificar cuál fue el
cambio inicial, y cómo hizo posible la mutación a Cit+ más de 10 000
generaciones después.
Mientras tanto, el experimento permanece como prueba de que la evolución
no siempre sigue la mejor salida posible. En lugar de esto, un evento
casual puede a veces abrir las puertas evolutivas para una población que
permanece siempre cerrada a otras poblaciones con distintas historias.
http://www.cienciakanija.com/2008/06/10/las-bacterias-hacen-un-gran-c...
Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución
En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.
Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: “Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor.” Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética… y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.
Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la ‘evolución de las especies’, haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una ‘mejora genética’
nacida de la nada; un ‘don’ auto adquirido luego de miles de millones de
años.
Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como ‘certeza científica demostrada’.
Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa ‘mejora’, por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la ‘INSTRUCCIONES’
que contienen en su ADN.
Los ‘plásmidos’ son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.
A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.
Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta… y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.
Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula… pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un ‘complemento de
la información’ genética.
Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a ‘instrucciones
codificadas’ que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación… ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!
La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia ...
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Chibanta
2008-12-08 15:22:36 UTC
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"libera" <***@gmail.com> escribi� en el mensaje news:31329868-3745-4ed6-b5e9-***@33g2000yqm.googlegroups.com...
Están desesperados....

Bueno, dales caña.
Asi se hace.
Bendiciones.





Los fanáticos e intolerantes evolucionistas de este grupo, han perdido yá
totalmente los papeles hace tiempo........ Y están desesperaitos al no
podernos tirar en las narices la más mínima prueba..........


Aunque claro.......... Si aceptamos como prueba que yo soy un fósil
transitivo como ha insinuado el vengador en otro mensaje.........

jajajajajaja


De verdad, estos fanáticos e intolerantes evolucionistas son la
monda.........



Saludos
libera
2008-12-09 08:59:02 UTC
Permalink
Pa fósil, la abuela de.....

XDDDD
Post by libera
Están desesperados....
Bueno, dales caña.
Asi se hace.
Bendiciones.
Los fanáticos e intolerantes evolucionistas de este grupo, han perdido yá
totalmente los papeles hace tiempo........ Y están desesperaitos al no
podernos tirar en las narices la más mínima prueba..........
Aunque claro.......... Si aceptamos como prueba que yo soy un fósil
transitivo como ha insinuado el vengador en otro mensaje.........
jajajajajaja
De verdad, estos fanáticos e intolerantes evolucionistas son la
monda.........
Saludos
Chibanta
2008-12-11 16:27:03 UTC
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Pa TROLA Libera!! que el Dios espaguetti se apiade de su alma RAMEN!
!!!!!!!!!!!!!!!! GILIPOLYAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Bacterias....... Esas evolucionistas sin evolución

En innumerables ocasiones, bien a través de distintos artículos llegados a
mis manos, procedente de Nature, Scientific, libros de microbiología
pro-evolutivos, e incluso durante los debates en este blog, la constante
referencia de los defensores darwinistas renovados, es la capacidad que han
demostrado las bacterias, mutando constantemente, para hacerse resistentes
no solo a antibióticos, sino a otros muchos tipos de ataques externos.

Continuamente, en distintos libros y artículos de microbiología evolutiva,
aparecen expresiones como: "Las mutaciones producen cambios al azar en el
material genético que pueden resultar en un microorganismo más resistente a
un antibiótico que su antecesor." Dicen que las bacterias logran ciertas
características [fenotipos], a través de mutaciones en su estructura
genética. y que en ocasiones basta el cambio de un solo nucleótido en el ADN
microbiano para provocar resistencia frente a algunos antibióticos.

Repetidamente lo exhiben como una evidencia del trabajo de la selección
natural: las más fuertes sobreviven y garantizan su población; las más
débiles pasan a la extinción. Es decir, presentan tal situación como una
defensa de la 'evolución de las especies', haciendo ver que esa capacidad de
resistencia a los ataques que recibe, resulta en una 'mejora genética'
nacida de la nada; un 'don' auto adquirido luego de miles de millones de
años.

Y eso, presentado con el respaldo de un título docto, portando unas gafas
que reflejen respetabilidad, y con muchos folios explicativos de lo sucedido
en los laboratorios [todo en la dirección que convenga para aportar mayor
nivel de convicción, claro], resulta suficiente para que sea aceptado y
aplaudido en la sociedad. Desde ese mismo instante, una teoría renqueante,
pasa automáticamente a ser presentada como 'certeza científica demostrada'.

Pero una y otra vez se distorsiona la realidad, pues en ese informe, por
obvia conveniencia, no se aclara la importantísima y vital actividad de
otros agentes. Partículas fundadas por un conjunto de átomos ligados por
enlaces covalentes, y causantes directos de esa 'mejora', por tener INSCRITO
en su genoma las INSTRUCCIONES adecuadas para que se dé tal resistencia. Y
es que, si bien es correcto decir que el genoma procariota consta de un solo
cromosoma, también sería adecuado plantear que la inmensa mayoría de las
bacterias poseen además, uno o varios elementos genéticos extra
cromosómicos, con marcada influencia sobre ellas, debido a la
'INSTRUCCIONES'
que contienen en su ADN.

Los 'plásmidos' son uno de ellos: secciones de ADN que tienen ciertos
agregados que hacen se unan sus extremos y tomen forma circular; moléculas
de ADN extracromosómico, de pequeño tamaño, existentes en la mayoría
especies bacterianas y que se caracterizan porque se pueden replicar de
manera independiente del ADN cromosómico.

A diferencia de los datos contenidos en el único cromosoma de la bacteria,
los de los plásmidos no son necesarios para la viabilidad general de la
célula; mas sin embargo, contienen genes que contribuyen a la supervivencia
de esos microscópicos organismos en condiciones especiales. Un caso
particular son los que confieren resistencia a antibióticos; recordando que
un gen es la menor unidad de INFORMACIÓN en el ADN; la ínfima parte de un
extenso y complicado PROGRAMA, contenedor de datos codificados y
secuenciales, que ordenan y controlan todos los procesos de nacimiento,
desarrollo y mantenimiento embrionario: las INSTRUCCIONES PARA CREAR y
sostener VIDA.

Y llegados a aquí, la realidad de la experiencia científica, en todas las
ramas de la Ciencia, nos guía hacia donde siempre: no puede decirse que
surgió por procesos aleatorios y casuísticos, una información con datos
secuenciales programados; precisas instrucciones para crear vida desde
elementos inertes, inscritas y codificadas en hebras orgánicas, cuyo único
objetivo, según han demostrado los investigadores de distintas partes del
mundo, es INSTRUIR. No se puede plantear eso, porque ningún recetario
químico, implicando dosis, secuencias, y los más mínimos detalles de
confección, ha aparecido jamás por sí mismo, en ningún punto del planeta. y
mucho menos apareciendo perfectamente codificado.

Analicemos los plásmidos: Son pequeños trozos extracromosómicos de ADN
circular, cerrados covalentemente, que normalmente se replican en el
citoplasma bacteriano. Son fácilmente intercambiados entre diferentes
bacterias de igual o distinta especie y normalmente portan genes no
esenciales para el crecimiento y multiplicación de la célula. pero que sí
codifican para diversos grupos de proteínas: constituyen un 'complemento de
la información' genética.

Pueden contener una variedad de genes diferentes, cada uno aportando
resistencia ante disímiles antibióticos, gracias a 'instrucciones
codificadas' que REGULAN, desde un diseño programado, la producción de
toxinas o pili, el permitir a la bacteria hospitalaria usar fuentes de
energía alternativas, expresar factores de virulencia, proveer resistencia a
metales pesados, así como distintas funciones de transferencia y
replicación. ¡Todo un director de orquesta, mucho más pequeño que el
microorganismo que lo acoge y acepta!

La adquisición de material genético de otro microorganismo que codifica
resistencia antibiótica, es el proceso más común a través del cual la
resistencia antibiótica es diseminada. Se logra principalmente a través de
tres mecanismos, de bacteria a bacteria:

1. Transformación- No es el proceso natural en la mayoría de los
microorganismos, pues se requiere mucha manipulación para producir
transformación in vitro.

2. Transducción.- El ADN exógeno o externo al cromosoma bacteriano, pasa de
una bacteria a otra por la inserción mediante un fago. La fuente de ADN
puede ser un plásmido dentro de la célula o puede abarcar una porción del
cromosoma bacteriano. Es decir, la bacteria es infectada por el fago que
inyecta dentro de la célula su 'material genético', la información que
contiene; un proceso demostrado tanto in vitro como in vivo.

3. Conjugación.- Proceso más común de 'transferencia de genes' de
resistencia antibiótica. La resistencia adquirida gracias a los datos
contenidos en los plásmidos, no es un hecho aislado, sino que ocurre en la
mayoría de especies bacterianas. respuesta a un programa preestablecido,
diseñado, codificado e inscrito en el genoma del plásmido.

O sea, las dos formas naturales que logran pasar de una bacteria a otra las
instrucciones para sintetizar las proteínas que formarán parte de sus
sistemas inmunes, no se logran por azar, luego de Xn años, sino que se
hallan ya regulados en el ADN de los plásmidos, por una INSTRUCCIÓN
imposible de auto generarse: el diseño que provee a la bacteria de la
maleabilidad necesaria para enfrentar condiciones ambientales cambiantes,
tales como la contaminación de su ecosistema con metales pesados, u otros
agentes. como los antibióticos. Es decir, si hubo una primera mutación en
esa inscripción, esta siempre se debió manifestar sobre una información
original, jamás sobre 'algo' surgido al azar, debido a una inexorable
condición pragmática: no surge 'información' desde la 'nada'.

Y ¿cómo ocurre esta inserción instrucción-cromosoma?. Pues se ha demostrado
que los plásmidos tienen la habilidad de transferirse a otra bacteria, por
diferentes modos; algunos incluso contienen transposones móviles que
saliendo de él, van al ADN cromosómico; otros transposones sencillamente se
replican, aumentando su número de copias en la célula.

Otra de las controversias de la teoría evolutiva con la realidad, pues el
transposón, como el plásmido, no es más que una secuencia de ADN; no un
'bicho' que provoca una reacción, sino un cúmulo de datos que adecúa una
determinada operación metabólica en la bacteria: instrucciones que demandan
al instructor que las originó.

Los defensores evolutivos propugnan, sin evidencias de ningún tipo, solo por
fidelidad a la necesidad de que su teoría se mantenga a flote, que los
transposones son secuencias repetitivas que 'seguramente' proceden de
'retrovirus ancestrales'. Pero vemos que tienen una función específica:
varían el ADN, arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro,
rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo.

La inserción de un transposón a un gen, interrumpe ese gen y codifica para
rasgos parecidos, como por ejemplo resistencia antibiótica. Y el solo hecho
de que sea una secuencia de ADN: datos, ya lo revela como INSTRUCCIÓN, y una
instrucción no puede haber surgido, inscribirse, y codificarse nunca por sí
misma. No importa lo 'ancestral' que pretendan hacerla; siempre precisará
del Instructor que la creó; nadie ha visto jamás una instrucción surgir por
arte de 'birlibirloque'. y si aparece programada, inscrita y codificada,
mucho menos todavía.

La Ciencia no ha definido aun muy bien el que solo una ínfima parte del ADN
codifica proteínas. Esto ha sido aprovechado por los darwinistas
recapituladores, para decir que en algunas especies, la mayor parte del ADN
'basura', [hasta un 50% del total del genoma], corresponde a transposones.
algo similar a cuando se declararon vestigiales, solo por ignorancia y prisa
por neutralizar la Creación de Dios: la hipófisis, la Glándula Pineal,
Adenoides, apéndice, la Pituitaria, hepífisis, el timo, Amígdalas. hasta
casi un centenar de órganos cuya vital funcionalidad hoy la Ciencia ha
dejado bien establecida.

Pero varios estudios recientes han negado esa hipótesis de ADN 'basura'. Ya
se conoce que, entre otras actividades, ese ADN, aparentemente 'no
codificante', en realidad regula la expresión diferencial de los genes.
entre ellas, lo que hemos presentado aquí: algunas secuencias tienen
afinidad hacia proteínas especiales que tienen la capacidad de unirse al ADN
(plásmidos, homeodominios, complejos receptores de hormonas esteroides,
etc.), con un efecto contrastado en el control de mecanismos de trascripción
y replicación.

Incluso hoy se conocen como 'secuencias reguladoras', y los investigadores
aseguran que sólo se ha identificado una pequeña fracción del total. La
presencia de tanto ADN, mal llamado: 'no codificante', en genomas
eucarióticos y aunque menos, en procariotas; así como las diferencias en
tamaño del genoma entre especies, representan un misterio que es conocido
como el "enigma del valor de C". Y un enigma no puede ser usado como
evidencia de nada, sino que debe servir como estímulo para lograr
descifrarlo. sobre todo cuando forma parte de un programa inteligente, que
contiene una información genética, inscrita y codificada, que resulta
importantísima para las bacterias: la INSTRUCCIÓN PROGRAMADA que indica cómo
elaborar las proteínas que las hará resistentes a la agresión de agentes
externos.

Por ejemplo: la presencia en un plásmido, del gen de resistencia a
ampicilina, permite seleccionar las bacterias que portan estos plásmidos,
gracias a su capacidad para crecer en presencia de dicho antibiótico. ¿Por
qué?. Pues porque ese gen de resistencia contiene una instrucción
codificada, para elaborar la enzima que degrada la ampicilina.

Dicho de otra forma, una bacteria tiene la capacidad de hacerse resistente
ante determinados agentes externos, gracias a que contiene en su ADN,
'INSCRITAS Y CODIFICADAS', las instrucciones para secuenciar las proteínas
que le permitirán esta 'mejora'. El cuento de 'evolución a mejor', por 'sí
misma', por azar evolutivo o lo que sea que se esté transmitiendo en las
aulas, resulta antagónico con la verdad. En realidad se 'instruye' sobre
cómo secuenciar las proteínas que intervendrán en esa fortaleza adicional:
la cepa derivada que se hará más resistente.

Y no hay que verlos como 'bichos' que se meten dentro de otro y hacen
endosimbiosis, sino como moléculas con 'INFORMACIÓN', que se incorporan a
otra 'INFORMACIÓN', en la cadena del ADN bacteriano. Una vez más, primero
están los datos, las instrucciones del 'CÓMO HACER LAS COSAS'; solo luego es
que 'las cosas' se hacen.

Otro uso importante de los plásmidos es fabricar grandes cantidades de
proteínas. Se deja crecer la bacteria que contiene al plásmido con el gen de
interés, y esta instrucción regula la producción de tales proteínas en gran
cantidad. Forma barata y fácil de producir hormonas de forma masiva, como
por ejemplo insulina, o incluso antibióticos.

Así, el Nobel de Medicina 1978, cayó en los Microbiólogos Werner Arber,
Daniel Nathans y H. Smith, al descubrir las Endonucleasas de Restricción: el
programa celular producto de un Diseño Inteligente, que permitió manipular
la bacteria E. coli, y producir insulina humana para los diabéticos. Es
decir, no crearon, sino descubrieron lo que ya existía.

Decir que si las bacterias mutan y mejoran, implica que ocurra lo mismo en
humanos, está fuera de lugar. Por ejemplo, E. coli, en 7 horas, causa 20
generaciones: más de un millón de células; mientras los humanos, para
generar 4 generaciones precisan un siglo. No es lo mismo la respuesta de una
sola célula procariota, prácticamente inmortal, que un servosistema
biológico con miles de millones de eucariotas y cientos de miles de
secuencias de proteínas, donde una sola de ellas puede alterar todo el
complejo.

¿Por qué Dios creó un diseño bacteriano que supuestamente conspira contra la
salud del humano, su obra cumbre? Es obvio que posiblemente sea una pregunta
mal enfocada, debido a la falta de datos. Aun queda mucho por investigar al
respecto; quizás exista tal cosa porque resulta imprescindible para la no
degradación del ecosistema. pero habría que averiguar mucho, antes de
teorizar tanto sobre lo que apenas se conoce.

Lo único cierto e innegable, es que la Instrucción para crear la vida
aparece antes inscrita y codificada en el genoma de bacterias y eucariontes,
dejando bien definidas sus diferencias. No es una presunción, ni el
resultado de una imaginación dirigida y fértil, sino la consecuencia del
empirismo científico. Enfrentado al microscopio especial, el ADN surge como
una inscripción codificada, INSTRUYENDO sobre cada una de las operaciones
que deben efectuarse, desde la primera hasta la última, para CREAR vida.

De ese microscópico manual biológico surgió la vida; contiene todo el
programa para que esta no se detenga: algo jamás imitado por el hombre.
Constituye la misma firma del Creador, y el mayor ejemplo de la formidable
sabiduría y omnisciencia de Dios. imposible de ser socavada ni tergiversada
por ningún esfuerzo humano malintencionado que lo pretenda; no importan los
títulos académicos bajo los cuales se pretenda conseguirlo.



http://jolimu.wordpress.com/2008/09/13/bacterias-esas-evolucionistas-sin-evolucion/
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